¡Hola a todos, queridos lectores y seguidores de este espacio dedicado a la salud y bienestar familiar! Como saben, la salud de nuestros hijos es lo más importante, ¿verdad?
Y a veces, nos topamos con temas que nos generan muchas dudas y hasta un poco de miedo. Hoy quiero hablarles de algo que, aunque no siempre está en el foco, es crucial: las enfermedades de la tiroides en los niños.
Les confieso que, a lo largo de los años interactuando con tantas familias y leyendo sus experiencias, he notado que el hipotiroidismo y el hipertiroidismo infantil son más comunes de lo que imaginamos, y su diagnóstico a tiempo puede marcar una diferencia abismal en su futuro.
Me emociona compartirles que, gracias a los avances médicos y la mayor conciencia, hoy tenemos más herramientas que nunca para detectar y tratar estas condiciones.
Se están desarrollando incluso nuevas terapias que nos dan mucha esperanza, aunque aún se centran más en patologías adultas o tipos de cáncer específicos de tiroides.
Pero no se preocupen, hablaremos de lo que sí es aplicable y vital para nuestros pequeños. Desde el cribado neonatal, que es un verdadero salvavidas para el hipotiroidismo congénito, evitando problemas de desarrollo irreversibles, hasta las pruebas de sangre específicas y ecografías que nos ayudan a entender qué está pasando.
Sé que puede sonar un poco técnico, pero mi intención es hacerlo lo más cercano y comprensible posible. Es fundamental entender que una tiroides que no funciona correctamente puede afectar el crecimiento, el desarrollo intelectual y hasta el comportamiento de un niño.
A veces, la fatiga constante, un cambio en el peso o problemas de concentración que achacamos a otras cosas, podrían estar dándonos una señal importante.
Por eso, estar informados es nuestro mejor aliado. En este artículo, les compartiré información práctica y útil sobre cómo reconocer las señales, qué esperar durante el proceso de diagnóstico y cuáles son los tratamientos más efectivos disponibles hoy en día, desde la medicación como la levotiroxina para el hipotiroidismo hasta opciones para el hipertiroidismo como los fármacos antitiroideos o incluso el yodo radioactivo en casos específicos y mayores de 5 años.
Mi experiencia me ha enseñado que la clave está en la detección temprana y en un seguimiento adecuado con especialistas. ¡Prepárense para conocer a fondo este tema tan relevante!
Vamos a desglosar este importante tema juntos, ¡para que se armen con el conocimiento necesario y puedan cuidar la salud de sus hijos con total confianza!
¡Descubramos juntos todos los detalles para mantener a nuestros pequeños sanos y fuertes!
Descifrando las Señales: ¿Cómo Reconocer un Problema de Tiroides en Nuestros Pequeños?

Las Pistas Silenciosas del Hipotiroidismo Infantil
La verdad es que, como padres, estamos siempre pendientes de cada detalle en el desarrollo de nuestros hijos, ¿verdad? Y aun así, a veces las señales de un problema de tiroides pueden ser tan sutiles que las confundimos con otras cosas.
En el hipotiroidismo, que es cuando la tiroides produce pocas hormonas, he visto en mi experiencia que los niños a menudo parecen más cansados de lo normal, con una fatiga que no se va ni con un buen descanso.
Recuerdo a una mamá que me contaba cómo su hijo siempre tenía frío, incluso en días cálidos, y su piel estaba muy seca. Además, el estreñimiento crónico, el aumento de peso sin razón aparente o un crecimiento más lento de lo esperado pueden ser indicadores importantes.
A veces, incluso una voz ronca o la hinchazón de la cara pueden darnos una pista. Lo crucial aquí es que no hay un síntoma único y dramático, sino más bien un conjunto de pequeñas señales que, al unirlas, pueden empezar a dibujar un patrón que nos dice: “Ojo, aquí puede haber algo”.
Siempre les digo, confíen en su instinto, si algo no les parece normal en su hijo, es motivo suficiente para buscar una opinión médica. Mi consejo personal es anotar cualquier cambio que noten, por pequeño que sea, para poder compartirlo con el pediatra.
Cuando la Tiroides se Acelera: Señales de Hipertiroidismo
Por otro lado, tenemos el hipertiroidismo, que es menos común en niños que el hipotiroidismo, pero igual de importante de detectar. Aquí, la tiroides produce demasiadas hormonas, y los niños pueden parecer con una energía desbordante, casi nerviosa.
He notado en los relatos de otras familias que los pequeños pueden estar inusualmente inquietos, con dificultades para concentrarse en la escuela, o incluso tener problemas para dormir.
A veces, pueden perder peso a pesar de comer mucho, o tener episodios de diarrea. Otro síntoma que me ha llamado la atención es el temblor en las manos, que puede ser muy leve y difícil de notar al principio.
Y, claro, la sudoración excesiva o sentir calor constantemente son señales clave. En algunos casos, los ojos pueden parecer más grandes o saltones, lo que se conoce como exoftalmos, aunque esto es más frecuente en adultos y en tipos específicos de hipertiroidismo.
Entender estas diferencias es vital, porque nos permite saber qué buscar y cuándo levantar la voz de alarma con nuestro médico. Si mi hijo presentara alguno de estos síntomas, no dudaría ni un segundo en pedir una cita con el especialista para una revisión completa.
El Camino hacia el Diagnóstico: Pruebas y Pasos Cruciales
La Importancia del Cribado Neonatal: Un Primer Escudo Protector
¡Amigos, aquí les cuento algo que es un verdadero salvavidas! Hablo del cribado neonatal, esa prueba que se hace a todos los recién nacidos, la famosa “prueba del talón”.
Créanme, es una bendición. Mi propia experiencia me ha enseñado que es la herramienta más potente para detectar el hipotiroidismo congénito, es decir, aquel con el que el bebé nace.
Sin este cribado, muchos niños desarrollarían problemas de desarrollo intelectual irreversibles, y eso es algo que, como comunidad, no podemos permitir.
La prueba es sencilla, se toma una pequeña muestra de sangre del talón del bebé pocos días después de nacer, y con ella se miden los niveles de TSH, una hormona clave.
Si estos niveles están alterados, se repite la prueba y, si se confirma, se inicia el tratamiento de inmediato. El diagnóstico precoz, en este caso, es absolutamente fundamental y, sinceramente, es uno de los mayores logros de la medicina preventiva infantil.
Es un ejemplo perfecto de cómo una pequeña acción puede cambiar por completo el futuro de una vida.
Pruebas Específicas: El Siguiente Nivel de Investigación
Cuando las señales aparecen más tarde en la infancia o la adolescencia, o si el cribado neonatal arrojó dudas, el médico probablemente nos pedirá una serie de pruebas más específicas.
Las análisis de sangre son las reinas aquí. Se miden los niveles de hormonas tiroideas como la TSH (hormona estimulante de la tiroides), la T4 libre y, a veces, la T3 libre.
La TSH nos dice si la glándula está siendo estimulada correctamente, mientras que la T4 y T3 nos indican la cantidad de hormonas tiroideas que realmente están circulando.
Si la TSH está alta y la T4 baja, suele ser hipotiroidismo. Si la TSH está baja y la T4 alta, apunta a hipertiroidismo. A veces, también se buscan anticuerpos específicos en la sangre, como los anti-TPO o los TRAb, que pueden indicar una enfermedad autoinmune como la tiroiditis de Hashimoto (la causa más común de hipotiroidismo en niños mayores) o la enfermedad de Graves (la causa más común de hipertiroidismo).
Además, el médico podría solicitar una ecografía de la tiroides, que es una prueba no invasiva que nos permite ver el tamaño de la glándula, si hay nódulos o alguna otra alteración estructural.
Es como hacerle una “foto” a la tiroides para ver cómo está por dentro.
Las Opciones de Tratamiento: Adaptándose a Cada Necesidad
Hipotiroidismo: Reponer lo que Falta con Levotiroxina
Si el diagnóstico es hipotiroidismo, el tratamiento es bastante directo y, afortunadamente, muy efectivo: se repone la hormona tiroidea que falta. Esto se hace con un medicamento llamado levotiroxina.
Mi experiencia y lo que he aprendido de innumerables familias es que es un medicamento seguro y que realmente cambia la vida de los niños. Es una píldora que se toma una vez al día, generalmente por la mañana y con el estómago vacío.
Lo más importante aquí es la constancia y el seguimiento. Al principio, se hacen controles de sangre más frecuentes para ajustar la dosis hasta encontrar el nivel óptimo para el niño.
Luego, los controles se espacian, pero son vitales para asegurar que el tratamiento sigue siendo el adecuado a medida que el niño crece y se desarrolla.
Los padres con los que he interactuado me han contado cómo sus hijos recuperan la energía, mejoran en la escuela y vuelven a su ritmo de crecimiento normal una vez que los niveles hormonales están equilibrados.
Es un tratamiento de por vida, sí, pero una vez que se convierte en parte de la rutina, es algo muy manejable que permite a los niños llevar una vida totalmente normal y saludable.
Hipertiroidismo: Fármacos y Otras Vías de Control
El tratamiento del hipertiroidismo en niños es un poco más complejo y depende de la causa y la severidad. Generalmente, el primer paso es el uso de fármacos antitiroideos, como el metimazol o el propiltiouracilo, que ayudan a disminuir la producción de hormonas tiroideas.
Estos medicamentos requieren un seguimiento muy cercano con el endocrinólogo pediátrico, ya que pueden tener efectos secundarios y es crucial monitorear la función tiroidea y hepática del niño.
He visto casos en los que estos medicamentos controlan la enfermedad muy bien, y el niño puede llevar una vida normal. Sin embargo, en algunas situaciones, si los fármacos no son suficientes, la enfermedad es muy grave o si hay efectos secundarios intolerables, se pueden considerar otras opciones.
Una de ellas es el yodo radioactivo, que se administra en forma de pastilla y destruye de forma selectiva las células tiroideas hiperactivas. Este tratamiento se considera en casos específicos y generalmente en niños mayores de 5 años.
La otra opción es la cirugía para extirpar parte o toda la glándula tiroides, lo que se llama tiroidectomía. Tanto el yodo radioactivo como la cirugía suelen llevar al hipotiroidismo, lo que luego requeriría un tratamiento de por vida con levotiroxina, pero al menos la función tiroidea estaría bajo control.
Vivir con una Enfermedad Tiroidea: Más Allá del Diagnóstico
El Impacto en el Día a Día y la Escuela
Cuando a un niño le diagnostican una enfermedad tiroidea, como influencer, he notado que las familias se preocupan mucho por cómo afectará su vida diaria y su rendimiento escolar.
Es una preocupación totalmente válida, ¡quién no lo estaría! Pero déjenme decirles, con el tratamiento adecuado y un buen seguimiento, la mayoría de los niños pueden llevar una vida absolutamente normal.
La clave está en la comunicación. Es fundamental hablar con los maestros y el personal escolar para que estén al tanto de la condición del niño. Por ejemplo, si un niño con hipotiroidismo está ajustando su medicación, podría experimentar un poco más de fatiga al principio.
O un niño con hipertiroidismo, antes de estabilizarse, podría tener dificultades de concentración. Compartir esta información ayuda a que entiendan y apoyen al niño adecuadamente, sin estigmatizarlo.
Recuerdo el caso de una niña que, una vez que su hipotiroidismo estuvo bajo control, no solo mejoró en sus calificaciones, sino que también recuperó su energía para jugar y participar en actividades extracurriculares.
Su mamá me decía que era como si hubiera vuelto a ser ella misma, y eso me llena de alegría al escucharlo.
Apoyo Familiar y Emocional: Un Pilar Fundamental
Aquí quiero ser muy enfática: el apoyo familiar y emocional es tan importante como el tratamiento médico. Un diagnóstico de enfermedad crónica en un niño puede ser abrumador para todos.
Es normal sentir miedo, frustración o incluso culpa. Mi experiencia me ha enseñado que hablar abiertamente sobre lo que siente cada miembro de la familia es crucial.
Los niños, aunque pequeños, entienden mucho y pueden sentir la preocupación de sus padres. Explíquenles la situación de una manera sencilla y adaptada a su edad, asegurándoles que no es su culpa y que están haciendo todo lo posible para que se sientan bien.
También es una gran idea buscar grupos de apoyo para padres, donde pueden compartir experiencias, consejos y sentirse menos solos. Siento que tener una red de apoyo es invaluable.
Además, es importante fomentar la autonomía del niño a medida que crece, enseñándole sobre su medicación y la importancia de seguir su tratamiento. Esto no solo le da sentido de responsabilidad, sino que también le empodera en el manejo de su propia salud.
La Investigación del Mañana: Nuevas Terapias en el Horizonte

Avances que Iluminan el Futuro
Aunque muchas de las nuevas terapias y descubrimientos se enfocan en la tiroides adulta o en tipos de cáncer específicos, no podemos olvidar que la investigación es un campo en constante evolución, y lo que hoy es una novedad para adultos, mañana podría ser una esperanza para nuestros niños.
¡Me emociona pensar en las posibilidades! Actualmente, hay mucha investigación en genética y medicina personalizada, buscando entender mejor cómo funcionan estas enfermedades a nivel molecular.
Esto podría llevar a tratamientos más específicos y con menos efectos secundarios en el futuro. Por ejemplo, se están estudiando terapias dirigidas que actúan sobre vías moleculares específicas implicadas en el crecimiento de nódulos tiroideos o en la producción hormonal excesiva.
También se está investigando sobre nuevas formas de administración de medicamentos que podrían hacer el tratamiento más cómodo y efectivo para los niños.
Aunque todavía no son aplicables a gran escala para las enfermedades tiroideas comunes en niños, estos avances son un faro de esperanza.
Enfermedades Tiroideas en Niños: Tipos y Características Principales
| Enfermedad | Descripción Principal | Causas Comunes en Niños | Tratamiento Típico |
|---|---|---|---|
| Hipotiroidismo Congénito | Deficiencia de hormonas tiroideas desde el nacimiento. Fundamental para el desarrollo cerebral y físico. | Ausencia o malformación de la glándula tiroides, defectos en la síntesis hormonal. | Levotiroxina de por vida. |
| Hipotiroidismo Adquirido (Tiroiditis de Hashimoto) | Inflamación crónica de la tiroides que lleva a una producción insuficiente de hormonas. | Enfermedad autoinmune (el propio cuerpo ataca la tiroides). | Levotiroxina de por vida. |
| Hipertiroidismo (Enfermedad de Graves) | Exceso de producción de hormonas tiroideas por una tiroides hiperactiva. | Enfermedad autoinmune (anticuerpos estimulan la tiroides). | Fármacos antitiroideos, yodo radioactivo, cirugía. |
| Nódulos Tiroideos | Crecimientos o bultos en la glándula tiroides. La mayoría son benignos, pero algunos pueden ser malignos. | Causas variadas, a menudo desconocidas. Pueden ser resultado de exposición a radiación. | Observación, cirugía (si son grandes, sintomáticos o malignos). |
El Rol del Especialista: ¿A Quién Recurrir y Por Qué?
El Endocrinólogo Pediátrico: Nuestro Mejor Aliado
Cuando hablamos de la salud tiroidea de nuestros hijos, hay un profesional clave que se convierte en nuestro mejor aliado: el endocrinólogo pediátrico.
Este médico es un especialista en hormonas y en cómo afectan el crecimiento y desarrollo de los niños. Mi experiencia me ha enseñado que es fundamental buscar a alguien con experiencia específica en población infantil, porque los cuerpos de los niños no son pequeños adultos.
Sus necesidades, las dosis de los medicamentos y las consideraciones en el manejo de estas enfermedades son muy particulares. El endocrinólogo pediátrico no solo diagnosticará y ajustará la medicación, sino que también nos guiará a través del proceso, responderá a todas nuestras dudas y nos ayudará a entender cómo la enfermedad tiroidea puede afectar a nuestro hijo en las diferentes etapas de su vida.
Es una relación a largo plazo, de confianza y de seguimiento constante, y elegir al especialista adecuado es una de las decisiones más importantes que tomaremos como padres en este camino.
Colaboración Multidisciplinar para un Cuidado Integral
Pero el endocrinólogo pediátrico no trabaja solo. Muchas veces, un enfoque multidisciplinar es lo que realmente marca la diferencia en el cuidado integral de nuestros hijos con enfermedades tiroideas.
Por ejemplo, si el niño tiene hipotiroidismo congénito y hubo un retraso en el diagnóstico, puede ser que necesite apoyo de un neuropediatra o un terapeuta del desarrollo para estimular su progreso.
En casos de hipertiroidismo con exoftalmos, un oftalmólogo pediátrico será fundamental. A veces, la parte emocional también requiere atención, y un psicólogo infantil puede ofrecer herramientas valiosas tanto para el niño como para la familia.
He visto cómo esta colaboración entre diferentes especialistas no solo optimiza el tratamiento médico, sino que también aborda todas las facetas del bienestar del niño.
Es como tener un equipo de expertos trabajando juntos por la salud de nuestro pequeño, y como madre, eso me da una tranquilidad inmensa. Siempre he creído que cuando se trata de la salud de nuestros hijos, más ojos y más cerebros pensando juntos siempre son mejor.
Prevención y Cuidado Continuo: Un Compromiso de Por Vida
Estilo de Vida Saludable: Un Plus para la Tiroides
Aunque la mayoría de las enfermedades tiroideas en niños tienen una base genética o autoinmune y no se pueden prevenir solo con el estilo de vida, mantener hábitos saludables siempre es un “plus” para el bienestar general y puede ayudar a que el cuerpo funcione mejor.
Como influencer que aboga por la salud familiar, siempre hago hincapié en una dieta equilibrada, rica en frutas, verduras y proteínas, y limitar los alimentos procesados.
Esto asegura que el niño reciba los nutrientes necesarios, incluyendo el yodo, que es esencial para la función tiroidea. Sin embargo, ¡ojo! Un exceso de yodo también puede ser perjudicial, así que la moderación es clave.
Además, el ejercicio físico regular es fundamental no solo para mantener un peso saludable, sino también para mejorar el estado de ánimo y la energía, lo que es especialmente importante para niños que pueden experimentar fatiga.
He notado que cuando los niños tienen una rutina saludable, el impacto de cualquier condición de salud es menos pronunciado, y se sienten con más capacidad para afrontar cualquier desafío.
La Importancia del Seguimiento y la Educación Continua
Finalmente, quiero cerrar enfatizando algo que es vital: el seguimiento continuo y la educación constante. Una vez que nuestros hijos son diagnosticados con una enfermedad tiroidea, los controles regulares con el endocrinólogo pediátrico no son negociables.
Son ellos quienes ajustarán las dosis, monitorearán el desarrollo y detectarán cualquier cambio a tiempo. Además, como padres, nuestra tarea no termina con el diagnóstico; es un compromiso de por vida con la salud de nuestros hijos.
Esto incluye leer, preguntar y mantenernos informados sobre los últimos avances y recomendaciones. Cuanto más sepamos, mejor podremos abogar por nuestros hijos y tomar decisiones informadas.
Siento que ser proactivo es la mejor defensa. Educar a nuestros hijos sobre su propia condición a medida que crecen también les empodera. Mi experiencia me ha mostrado que los niños que entienden su enfermedad y participan en su cuidado son más resilientes y se adaptan mejor a su condición.
¡Juntos, podemos asegurar que nuestros pequeños vivan una vida plena y saludable!
Cierre de este Post
¡Y con esto llegamos al final de nuestro recorrido de hoy! Espero de corazón que toda esta información les sea de gran utilidad y les dé la confianza necesaria para observar, preguntar y actuar cuando se trata de la salud tiroidea de sus pequeños. Recuerden, como padres, somos los primeros detectives y defensores de nuestros hijos. Cada señal, por mínima que parezca, merece nuestra atención. Sigamos conectados en esta maravillosa comunidad, aprendiendo y apoyándonos mutuamente para que nuestros niños crezcan sanos y felices. ¡Un abrazo grande y hasta la próxima!
Información Útil para Saber
1. El cribado neonatal (la prueba del talón) es fundamental para detectar el hipotiroidismo congénito a tiempo. No duden en preguntar a su pediatra al respecto.
2. Ante síntomas como cansancio extremo, estreñimiento, aumento de peso inexplicable o, por el contrario, hiperactividad, pérdida de peso y temblores, consulten siempre con un especialista.
3. El endocrinólogo pediátrico es el experto clave en el diagnóstico y manejo de las enfermedades tiroideas en niños. Busquen uno con experiencia y buena reputación.
4. Si su hijo es diagnosticado, la adherencia al tratamiento (especialmente la levotiroxina para el hipotiroidismo) y los controles regulares son la clave para una vida normal y saludable.
5. Mantengan una comunicación abierta con la escuela y el resto de la familia para que todos comprendan la condición de su hijo y puedan ofrecer el mejor apoyo.
Puntos Clave a Recordar
Las enfermedades tiroideas en niños, como el hipotiroidismo y el hipertiroidismo, presentan síntomas variados y a veces sutiles que requieren la observación atenta de los padres. El diagnóstico temprano, facilitado por pruebas como el cribado neonatal y los análisis de sangre específicos, es crucial para evitar complicaciones en el desarrollo. Afortunadamente, los tratamientos disponibles, como la levotiroxina para el hipotiroidismo o los fármacos antitiroideos y otras opciones para el hipertiroidismo, son muy efectivos. Es fundamental contar con el apoyo de un endocrinólogo pediátrico y un equipo multidisciplinar, así como fomentar un estilo de vida saludable y el apoyo emocional dentro de la familia. Con un manejo adecuado y un compromiso continuo, nuestros hijos pueden llevar una vida plena y saludable.
Preguntas Frecuentes (FAQ) 📖
P: ¿Cuáles son las señales de alarma o síntomas que, como padres, deberíamos observar en nuestros hijos si sospechamos de un problema de tiroides?
R: ¡Esta es una pregunta que me hacen muchísimo y es vital! Como bien saben, la tiroides es como la orquesta del cuerpo, regulando un montón de funciones, así que los síntomas pueden ser variados y, a veces, un poco engañosos porque se confunden con otras cosas.
Lo he visto en muchas familias. Si hablamos de hipotiroidismo (cuando la tiroides es “perezosa”), en recién nacidos, ¡ojo con la ictericia prolongada (piel amarillenta), mucho sueño, estreñimiento, falta de tono muscular o una lengua más grande de lo normal!
Si no se detecta a tiempo, puede causar problemas de desarrollo irreversibles. En niños más grandecitos y adolescentes, los síntomas se parecen un poco a los de los adultos, pero tienen sus peculiaridades: pueden notar que el niño aumenta de peso sin razón aparente, está siempre cansado, tiene la piel seca y áspera, estreñimiento, y el cabello se le cae o está muy seco.
¡Pero atención! En los pequeños, un signo muy importante es el retraso en el crecimiento, en el desarrollo óseo, o que la pubertad no llega cuando debería.
Por otro lado, si sospechamos de hipertiroidismo (una tiroides “demasiado activa”), que en niños suele ser por la Enfermedad de Graves, los síntomas suelen ser lo contrario: nerviosismo, irritabilidad, mucha sudoración, ojos un poco saltones (esto lo he visto en aproximadamente un tercio de los casos de Enfermedad de Graves), problemas para dormir, y una frecuencia cardíaca acelerada.
A veces, pueden tener dificultad para concentrarse en la escuela, una pérdida de peso inexplicable o, en los más pequeños, un aumento de altura más rápido de lo normal, aunque la pubertad podría retrasarse hasta que se inicia el tratamiento.
¡Es como si su cuerpo fuera a mil por hora! Lo crucial es que, ante cualquiera de estas señales, acudamos al pediatra; nadie mejor que él para evaluar si hay algo más.
P: Entendido. Y una vez que hay sospechas, ¿cómo se diagnostican exactamente los problemas de tiroides en los niños? ¿Qué tipo de pruebas podemos esperar?
R: ¡Excelente pregunta! La detección temprana es, sin duda, la clave del éxito. Mi experiencia me dice que la información es poder, y saber qué esperar nos da mucha tranquilidad.
El primer paso, y el más importante, es el cribado neonatal. ¡Este es un verdadero salvavidas! En muchos de nuestros países, ya es obligatorio y se realiza a todos los recién nacidos.
Consiste en un simple análisis de sangre, generalmente de una muestra de talón, que busca detectar el hipotiroidismo congénito de forma precoz, incluso antes de que aparezcan los síntomas.
Esto es fundamental para evitar daños neurológicos irreversibles. Si el cribado neonatal o las sospechas clínicas en niños más grandes arrojan alguna bandera roja, el médico procederá con pruebas de función tiroidea más específicas.
Esto incluye análisis de sangre para medir los niveles de TSH (hormona estimulante de la tiroides), T4 libre y, a veces, T3. Una TSH elevada con T4 baja, por ejemplo, es un claro indicio de hipotiroidismo.
Además, para entender la causa, a veces se buscan anticuerpos específicos, como los antiperoxidasa tiroidea (TPO) o antitiroglobulina. En algunos casos, y para tener una imagen más clara de la glándula, el especialista puede solicitar una ecografía de tiroides.
Este estudio es indoloro y no invasivo, y nos permite ver el tamaño de la tiroides, si hay nódulos o alguna anomalía estructural. Mi consejo es siempre confiar en el equipo médico, ellos sabrán qué pruebas son las más adecuadas para cada pequeño.
P: Perfecto, ya sabemos cómo detectar. Ahora, la gran pregunta: ¿Cuáles son los tratamientos más efectivos hoy en día para las enfermedades de la tiroides en niños y qué pronóstico tienen a largo plazo?
R: ¡Esta es la parte que nos llena de esperanza! Afortunadamente, tenemos tratamientos muy efectivos que, con un diagnóstico temprano y un seguimiento adecuado, permiten a nuestros hijos llevar una vida plena y normal.
Lo he comprobado una y otra vez. Para el hipotiroidismo, el tratamiento es bastante directo y muy eficaz: se administra una hormona tiroidea sintética llamada levotiroxina.
Es, literalmente, reemplazar lo que su tiroides no produce en cantidad suficiente. En recién nacidos, la medicación debe iniciarse de inmediato para asegurar un desarrollo cerebral y físico óptimo.
La dosis se ajusta regularmente según los análisis de sangre para mantener los niveles hormonales en el rango adecuado. La mayoría de los niños con hipotiroidismo congénito necesitarán tomar levotiroxina de por vida, aunque algunos casos transitorios pueden suspender el tratamiento alrededor de los 3 años bajo supervisión médica.
En general, el pronóstico es excelente si el tratamiento se inicia a tiempo y se sigue correctamente. En el caso del hipertiroidismo, especialmente si es por la Enfermedad de Graves, el tratamiento de primera línea suelen ser los fármacos antitiroideos, como el metimazol, que ayudan a disminuir la producción de hormonas tiroideas.
A veces, si el ritmo cardíaco es muy rápido, se pueden usar betabloqueantes temporalmente. Este tratamiento busca normalizar los niveles hormonales, y mi experiencia me dice que muchos niños responden muy bien.
Si los medicamentos no son suficientes, no se toleran o la enfermedad no remite después de un tiempo prolongado (18-24 meses), se pueden considerar opciones definitivas como el yodo radioactivo (generalmente en niños mayores de 5 a 10 años, en casos muy específicos) o la cirugía para extirpar parte o toda la glándula tiroides.
El objetivo, en ambos casos, es llevar la tiroides a un estado de hipotiroidismo controlado que luego se maneja con levotiroxina. Lo más importante es el seguimiento constante con un endocrinólogo pediátrico.
Con un manejo adecuado, nuestros hijos pueden crecer y desarrollarse como cualquier otro niño, ¡sin que la tiroides sea un impedimento!






